Giovanni Battista Scalabrini: un obispo santo, de Piacenza al mundo
El herbario de Scalabrini y arte en el Museo de la Catedral de Kronos
El herbario de Scalabrini y arte en el Museo de la Catedral de Kronos
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En el Museo Catedralicio de Piacenza se conservan numerosos objetos pertenecientes a San Scalabrini. Suntuosa es la casulla con el escudo de Giovanni Battista Scalabrini, parte de una vestidura donada al obispo por la reina Margarita y damas italianas con motivo del 25mo aniversario de su episcopado. Está cubierto de una considerable cantidad de piedras preciosas (se dice que hasta 565) y lleva bordadas las representaciones del Pelícano y la Serpiente de Bronce en el anverso y el Agnus Dei en el reverso.
Entre las pastorales dotadas, merece especial mención la donada a monseñor Giovanni Battista Scalabrini con motivo de su entrada episcopal el 22 de enero de 1876, que lleva en la parte superior una escultura ecuestre de San Antonino, patrón de Piacenza.
Monseñor Scalabrini poseía también el cáliz y la custodia arquitectónica realizados en Milán por Eugenio Bellosi y que le fueron donados con ocasión de su 25mo aniversario de episcopado (1901): el primero lleva en el pie el Agnus Dei, las alegorías de la Fe, la Esperanza, la Caridad, el Pelícano y en el fuste las minúsculas esculturas de San Antonino y San Juan Bautista, el segundo en los medallones policromados de la base el escudo del obispo y el emblema del Capítulo con la Virgen en la Gloria entre San Antonino y Santa Justina.
Destaca también el Herbario donado al Seminario Episcopal de Piacenza por el propio obispo en 1890 y conservado en la biblioteca de la institución. Se trata de un enorme volumen en folio (la filigrana de tres lunas en las hojas es una marca utilizada por las fábricas de papel en el siglo XVIII) compuesto por 270 papeles, con costura de cuero en tres nervios, la cubierta de cartón duro está recubierta de pergamino, hay restos de encuadernaciones de tela que sustituyeron a las originales de cuero. En la placa frontal hay un título manuscrito, ahora casi completamente ilegible (prácticamente sólo se puede leer la inscripción “Mattioli”).
Las hierbas, tras haber sido cuidadosamente secadas, sólo han sido pegadas en el anverso de las fichas, probablemente utilizando colas hechas con harina o clara de huevo. Están rigurosamente ordenadas alfabéticamente, como se desprende de las cartelas con los nombres manuscritos, y clasificadas inspirada en la obra de Pietro Andrea Mattioli “Di Pedacio Dioscoride Anazarbeo Libri cinque Della historia, et materia medicinale tradotti in lingua volgare italiana da M. Pietro Andrea Matthiolo Sanese Medico, con amplissimi discorsi, et comenti, et dottissime annotationi, et censure del medesimo interprete”, uno de los títulos de libro más largos de la historia de la edición, que por brevedad todos llamamos “Discorsi”, publicado por primera vez en 1544, sin ilustraciones (le siguieron trece ediciones más antes de la muerte del autor; la primera edición ilustrada es la tercera oficial de 1550).
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